RELOJ CHECADOR, INCENTIVOS, RETROALIMENTACIÓN Y OTRAS MANERAS DE MEJORAR LA EFICIENCIA ENTRE LOS EMPLEADOS

El desempeño de cada empleado en una organización afecta directamente al éxito de ésta. Por muy buen trabajo que se realice, siempre habrá manera de mejorarlo. Y claro, nunca faltan aquellos que dejan mucho qué desear. Por eso, en esta ocasión traemos para ti algunas maneras de mejorar la eficiencia entre los empleados: reloj checador, incentivos y retroalimentación son algunas de ellas. ¿Cuál es el resto?

Antes que nada, especifiquemos que estas tácticas no son exclusivas para convertir a tus empleados en robots o en esclavos. Al contrario, queremos apoyar el crecimiento y satisfacción de ambas partes, tanto de los mismos trabajadores como de la empresa en sí. Por eso, tratamos de hallar un equilibrio entre eficiencia y gusto.

  • Comienza por establecer objetivos y funciones claras. De esta manera no habrá espacio para excusas de ignorancia u omisión. La comunicación inicial es indispensable. Una forma de asegurarte de que han comprendido su función es pedir que lo expliquen con sus propias palabras.
  • Identificar cuáles son los equipos de bajo rendimiento permite llegar a estrategias para apoyar sus actividades. Inicia por identificar también la raíz de dichas prácticas inadecuadas de trabajo.
  • Difunde los objetivos generales de la empresa, ya sea con manuales, reglamentos, misión y visión, juntas, etcétera. Así todos estarán en la misma página y podrán avanzar juntos. Comprender las políticas de la empresa es muy importante.
  • Utiliza herramientas de control. La eficiencia del trabajo puede ser medida, así que ¿por qué no medirla? A nadie le gusta saber que está haciendo mal su trabajo, pero si no se corrige no habrá oportunidad de mejorar. Por ejemplo, utiliza el reloj checador de la empresa para saber si se está cumpliendo el horario de entrada y salida. Un reloj checador puede ser la diferencia entre perder tiempo funcional y aumentar los costos que identifican a una persona irresponsable. Con la pena, se tienen que poner en práctica estas herramientas.
  • Aplica disciplina. Si no se están cumpliendo las funciones al pie de la letra, deberás aplicar disciplina correctiva, como habíamos dicho. Algo tan sencillo como reducir el salario por X número de tardanzas es muy efectivo. A los empleados no les agrada, pero suele ser la solución definitiva. Las políticas disciplinarias asegura que todos se responsabilicen de sus acciones. Además, realiza evaluaciones regulares y oportunas del desempeño de cada empleado para que sepan cómo van avanzando.
  • Ten cuidado con los objetivos. Hemos hablado ya de los objetivos, pero estos deben ser muy específicos, medibles, realistas, para que funcionen. Si, por ejemplo, establecen objetivos que son imposibles de alcanzar, los mismos empleados se desmotivarán, puesto que será un chiste para ellos. En cambio, si son un reto posible, se encontrarán más incitados a alcanzarlo.
  • Enseña. Una de las motivaciones más grandes en el lugar de trabajo es aprender. Si una persona siente que ha dado todo de sí en un trabajo, no se esforzará por crecer. Ayúdales a que crezcan. Tanto a ti como a ellos les conviene. Olvídate de la fuga de cerebros. Si eres suficientemente inteligente, verás cómo quizá después de un tiempo, estos mismos empleados se convierten en tus socios (al haber abandonado la empresa). No es tan extraño como lo crees.
  • Ofrece retroalimentación. La retroalimentación es una serie de críticas constructivas que permiten al empleado trabajar en sus habilidades y en su actitud. Además, si consideras que está realizando sus funciones de excelente manera, déjaselo saber. No sólo comuniques lo malo, sino también lo bueno.
  • Ofrece reconocimientos tangibles. Ya que estamos hablando del reconocimiento…ofrece recompensas o regalos por exceder expectativas. No por cumplir con las funciones (eso ya es remunerado y esperado) sino por sorprenderte de la misma manera. No importa qué tan pequeña sea la recompensa, será bienvenida. También mantente abierto a escuchar retroalimentación sobre ti, los demás jefes o la empresa en general.
  • Algo que suele suceder con frecuencia es que se callan las voces en las organizaciones, cuando al contrario, debería incitarse a hablar y compartir ideas. Los empleados son quienes más directamente están en contacto con todo: tanto los materiales, los clientes, los proveedores incluso, los medios de promoción, etcétera. Algo deben saber que a ti se te podría pasar. Cuando hablen sobre su propio trabajo, también escucha atentamente.
  • Selecciona correctamente. Un empleado que no está poniendo sus habilidades en uso en el mejor puesto, en algún momento sucumbirá, se aburrirá o se sentirá incapaz y deprimido. Mejor, selecciona de forma que los requisitos del puesto se cubran con las habilidades del elegido.
  • Ofrece beneficios justos. No quieras ofrecer un salario menor al que dicta el mercado. Verás que tu grado de rotación de personal se incrementará. Y nadie quiere verse en la obligación de constantemente estar contratando y capacitando a nuevas personas.
  • Permite que haya un sano ambiente laboral. Integra a tus equipos, permite que convivan fuera del trabajo. Verás que la confianza aumenta y los roces negativos disminuyen. Así, las personas estarán contentas de asistir a una oficina donde todos son agradables y no hay necesidad de gastar energía en chismes, calumnias, envidias.
  • Elimina el favoritismo. Así como lo lees, sencillo y contundente, elimina el favoritismo.

Pues bien, esperamos que hayas disfrutado de estos fáciles consejos y que te hayas convencido de que aplicarlos vale en verdad la pena. Para más herramientas de control en tu empresa, entra a nuestro catálogo de productos y servicios.

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