DETECTORES DE HUMO Y OTRAS HERRAMIENTAS DE SEGURIDAD: CÓMO PREVENIR ACCIDENTES Y ENFERMEDADES EN EL LUGAR DE TRABAJO

Cualquier fábrica, industria u almacén requiere de especificaciones de seguridad, así como herramientas: detectores de humo, sistemas contra incendios, cámaras de vigilancia, control de acceso peatonal, y más. Sin embargo, por muchos sistemas que se tengan funcionando dentro de estos lugares, la cultura de prevención es mucho más efectiva, que un control de daños. Por eso, a continuación te daremos un par de consejos para maximizar el uso de tus herramientas de seguridad y para iniciar, mantener y actualizar tu filosofía de trabajo seguro.

¿A qué nos referimos con una cultura de prevención?

La cultura de prevención es un sistema de concientización sobre los posibles riesgos en el lugar de trabajo, conformado por reglas, instrucciones, aprendizaje constante, actualización, mantenimiento, atención y cuidado de todo lo referente a las máquinas, procesos, recursos y al área de trabajo en general.

Para asegurarte de que en efecto el cambio hacia una cultura de prevención sea efectivo, pon en práctica los siguientes consejos en tu fábrica:

Identifica los procesos para reducir los riesgos. Cualquier empresa dedicada a fabricar productos tiene, por naturaleza, en su sitio de creación, riesgos implicados a los procedimientos de creación. Por eso, es necesario iniciar con la identificación de cualquier tipo de riesgo tanto para las personas como para los mismos productos. No importa si los riesgos son tan grandes como un inicio de fuego o si son tan pequeños como un inocente resbalón. El estar consciente de que cualquier actividad puede causar una lesión o una enfermedad permite que se tomen decisiones más acertadas en un diario proceder.

Establece reglamentos. De acuerdo a la identificación previa de riesgos, establece reglamentos. Si es necesario, escríbelos, imprímelos y/o pégalos en lugares donde se puedan visualizar. Un recordatorio diario es muy efectivo.

Enseña. Debe haber un constante aprendizaje, no sólo recordatorios. Así, te aseguras de que las personas nuevas se familiaricen con los sistemas de seguridad y prevención, y de que las todos siempre estén al corriente de las nuevas técnicas y herramientas. Un constante aprendizaje además facilita muchos procesos, puesto que se identifica todo aquello que no está funcionando y lo demás que sí funciona.

Actualiza las herramientas de protección, alarma y solución. Asegúrate de que los detectores de humo, alarmas, trajes, sistemas contra incendios y demás herramientas de protección y solución se encuentren siempre disponibles y en excelentes condiciones. Así, en el momento preciso en el que ocurran los accidentes, no habrá mayores complicaciones. A este punto se debe saber ya cómo utilizar estas herramientas, pues se ha dado la instrucción requerida y se siguen las reglas.

Realiza simulacros. Para que no surjan imprevistos, realiza simulacros de emergencia. Suele suceder que en casos en donde se tiene el conocimiento, las personas entran en pánico y no saben cómo actuar, a pesar de que ya lo han escuchado y visto desde la forma técnica. La práctica es fundamental. Gracias a los simulacros se reducen las posibilidades de que haya heridos en una situación de peligro. Por ejemplo, muchas personas, en casos reales de riesgo, omiten las señales de alarma que los detectores de humo indican. Un simulacro mantiene esta consciencia de alerta siempre pendiente. O bien, muchas personas han sido instruidas en el arte de utilizar un extintor de fuegos, pero al momento de utilizarlo, se confunden con el seguro. Sucede muy seguido.

Incita a la participación. ¿Quiénes son las personas que mejor saben lo que sucede dentro de la industria? Los mismos trabajadores. Por eso, son ellos quienes deben saber identificar los riesgos y soluciones. Incita a que participen en la toma de decisiones, en la creación del reglamento, en la requisición de nuevos materiales de seguridad. Con su propio interés pueden evitar muchos accidentes. De hecho, la cultura de prevención no es propia de la empresa, sino de los mismos trabajadores. Son sus vidas las que están en peligro, permite que se involucren lo más profundo que puedan.

Y finalmente, recuerda que una cultura de prevención es justamente eso: tratar de evitar accidentes o lesiones, no solucionar los incidentes una vez que hayan sucedido. No sólo te estarás ahorrando heridas de los empleados sino también costos que pueden ser enormes. La seguridad y las finanzas de la empresa están en riesgo cuando no se siguen los estatutos de prevención. Una serie de actividades de concientización como las que hemos propuesto pueden ayudarte a limitar, minimizar o eliminas los riesgos. Pero un decálogo no es suficiente, se necesita la ayuda de los mismos involucrados en las actividades, los jefes y líderes, de toda la empresa en general.

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